Luciano Theiler

Luciano Theiler

Luciano Theiler

Pensar que desde un pequeño pueblo de tierra adentro argentino, el fútbol, te pueda llevar a sitios como el Líbano, Indonesia, Siria y Maldivas entre otros. Parece al menos, extraño. Pero las vueltas que da la pelota muchas veces carecen de lógica. La vida de Theiler tiene de resilencia, y de hacer un arte del verbo ir, para llegar a ser futbolista. Sí había que probarse en algún club, la medida del lugar, la distancia, y el costo nunca fue impedimento. Siempre ganó la pasión y el sueño. El hoy entrenador profesional, es adaptación pura, no le cambian los cambios, los asume y se adapta. En esta charla con Fútbol&Cultura, hay conceptos de comunicación, de geografía, de fútbol y de vida misma. Vale la pena contar lo vivido.

El Río de la Plata, es el espacio fluvial que une dos países al sur de américa, llamados Uruguay y Argentina. De costumbres similares, arraigadas por mismas descendencias e historias hermanas, hay un factor común en la niñez de los que vivieron dicha etapa en décadas del 80´y 90´: el jugar a la pelota. Así se llamaba la re conversión infantil, de replicar el juego del fútbol a cualquier espacio, y medio de desarrollo.

En los 90 llegaron desde Europa a estos lugares, conquistadores de metodologías deportivas. A diferencia de los primeros del siglo XVI, estos querían ver que existía por estos lados, que salían los mejores futbolistas del planeta, y además ganaban mundiales y torneos. El secreto lo vieron en calles, potreros y campitos. En lugares donde la pelota se comparte, se juega al fútbol en todas las formas, y se aprende. El comienzo de Luciano, no tuvo mucho de eso, ¨Vivía en el campo, muy alejado del resto y no tenía el lugar donde compartir eso, lo hacia en el campo solo o sino en el recreo en el colegio, era el único momento que podía compartir la pelota con alguien¨ se perdió la etapa formativa del comienzo y empezó tarde ¨con 11 años empecé en mi pueblo de córdoba, empece directo en cancha grande¨. Eso te lleva a perder mucho del juego, pero sin darse cuenta empieza a forjar otras cosas.

¨CADA NO QUE TUVE, ME ACERCABA MÁS A UN Sͨ

¨El primer día de entrenamiento del primer club que fui, tengo una anécdota que marca mi camino. Cuando voy, me presento en el entrenamiento y había una cancha grande dividida en cuatro canchas, 8 jugadores armaban los equipos, se iba eligiendo de a uno, y fui el ultimo que eligieron, pasaban y nadie me quería. Es duro ser el último cuando sos niño, que no te quieran. Pero eso me marco para el futuro¨. Son pocos, los que usan el no como motor, y más a temprana edad. ¨No tenía grandes condiciones para jugar, pero sabía que iba a ser jugador de fútbol, no tenía otra respuesta para saber que hacer de grande¨

Lejos de pensar que el fútbol no era para él, redobló la apuesta y se aferro a creer que iba a ser jugador; ¨jugué en mi pueblo, y luego llegue a Renato Cesarini. A los 15 años me fui de casa, y viví lejos de la familia durante dos años. Luego me voy a Lanus, estuve un año y me dejaron libre, fue volver a empezar. Me probé en Estudiantes, me dicen que no, me probé en Talleres me dicen que no. Luego voy a Belgrano, con 19 años, quedé. Pero jugaba en la reserva del equipo local y era suplente¨. Había llegado la hora, de empezar el camino en otro país, ya curtido de tantos cachetazos y de una realidad que esquivaba los sueños.

Dejar la tierra que te vio nacer, no es fácil, a pesar de la pluridad de circunstancias, a Luciano le tocó a sus quince años, por una posibilidad que tenía más remota que real, pero él veía certezas, ante el mar de dudas visto desde fuera. Lo importante está adentro. En el momento de buscar nuevos caminos, el lugar fue Bolivia. No llegó nada de ahí, fue buscado, como todo los lugares que fue a jugar Theiler, siempre fue, nunca lo llamaron. ¨ Yo estaba convencido de que iba a jugar, y me había convencido que iba a jugar en Bolivia. Mandé en esa época, un dvd con un material a un representante que me paso un amigo. Después de 15 días, voy al cyber y tenía un email que debía viajar a Oruro porqué San José me quería probar; no lo dudé y arranqué, tardé 48 horas en llegar, todo en bus desde mi casa, dos noches durmiendo en asientos. Hice córdoba, Jujuy, pasé la frontera y llegué¨. Convicción

Ya en el suelo del altiplano ¨Estando en un hotel, leo el diario, y veo la foto de un jugador de san josé, que de casualidad estaba ahí, me presenté y me dijo que ya se iban al entrenamiento. Me fui con él, y cuando llegué ya sabían que venía un argentino a probarse. Voy al entrenamiento y era todo pesas, montañas, paracaídas, fuerza y potencia. Y en Oruro hay 4000 metros de altura!, el profe me dijo que solo mirara, pero yo entrene igual, normal. Y eso llamo la atención, y además había doble turno. También entrenamos de tarde. Con lo físico marque la diferencia, y me pude quedar. Se dio porque me entrenaba, sino era imposible¨.

El camino siguió, el tren de ser futbolista, ya estaba andando. No había forma de volver atrás, aunque las estaciones no siempre llegaban a destino, después del paso en Bolivia ¨Fui a España, a China., a Uruguay, a Chile; y todos me dijeron que no. Me probé en equipos de ahí, a través de contactos con representantes. Eso fue lo más duro, me salvó no tener respuesta a que hacer si no era jugador de fútbol, nunca tuve esa respuesta. Cuando volví jugué en Patronato, que estaba en la cuarta categoría. Jugué un semestre ahí y en eso por un Argentino me salió para ir a Maldivas, donde todos van de playa, yo fui a jugar al fútbol¨.

¨Es un país, que sufre mucho la falta de espacio, no hay lugar. Había solo dos canchas sintéticas, y se comparten las canchas en los entrenamientos. Cuatro equipos entrenaban en una sola cancha, no había lugares. La vida era muy difícil, una sociedad musulmán muy cerrada, estaba el tema de los rezos, en los partidos el rezo marcaba el calentamiento. Antes de salir rezaban, parábamos en el medio a rezar, y después volvían y seguían rezando. La capital se cruza caminando en 30 minutos, la gente no tiene espacio, no hay veredas, salís de las casas y pisas la calle¨.

Luego hubo más perlas para el collar, ¨ volví a Argentina y le mande un email a todos los representantes del mundo, y me respondió solo uno del Líbano!..Intercambiamos unos email. Cuando llegue a Argentina, me ofrecía una prueba en su país. Me pagó el pasaje, y a los cuatro días estaba viajando al Líbano. Llegué, me probé en el club y no quedé. Me llevo a otro, y tampoco quedé. Y después me salió una prueba en un club de Siria. Un club grande, pero que estaba en un mal momento. Era un desastre la organización en el club, tuve 6 presidentes distintos para arreglar mi contrato, y no pude. El tipo del Líbano, el representante, me dejó esperándolo en un hotel. Ahí pensé que no venía más, le hice perder plata, me llevo a clubes y no quedé en ninguno. Ahí me puse a llorar frente a la estación de un tren, sin saber como volverme a Argentina…pero el tipo volvió, había ido a convencer a los dirigentes y vino con un hincha fanático del club y también del fútbol Argentino, y gracias a él arreglé en Siria. Increíble. Jugué 6 meses y no nos fue bien en lo deportivo¨. Luego volvió al Líbano y jugó ahí un semestre.

Fútbol en zonas de guerra

Siria y Líbano, lejos están de ser países recomendados por blog de viajes ni mucho menos agencias de turismo. Países en guerra, donde se normaliza la violencia ¨En mi primer práctica del Líbano, llegué y se estaban gritando mal, pensé que se iban a agarrar a piñas todos; y no. Era su forma de hablarse. De ser de la sociedad; los niños juegan con armas, son maneras de entenderse. Aprendí a leer y ver dos o tres palabras, y con eso me manejé. El árabe es difícil¨. Lo importante de comunicarse, para el fútbol y la vida. ¨La comunicación es clave, lo necesitas fuera de la cancha, y el inglés me fue fundamental. Al no hablar, vas desarrollando otras cosas, yo me daba cuenta si alguien estaba hablando de mí, solo por los gestos. Sin entender. Hoy me sirve como entrenador, a veces me doy cuenta si un jugador piensa algo y no lo dice, por sus gestos, por como habla el cuerpo, yo me desarrollé aprendiendo eso¨

Por ahí, al tratar de entender, cuesta ver como adaptarse al cambio cultural. ¨La clave está en no entender las cosas bajo tus pensamientos, o tus hábitos de pensamientos. Todo es diferente, se manejan distinto. Uno se tiene que adaptar a los demás, en cada lugar empezas de cero y con una mirada limpia¨. Desprende algo, que pregonan desde la meditación, pero que solo se logra si se vive. Desprender todo lo aprehendido, para volver a cambiar la mirada.

Cuando desafiarse, se transforma en hábito, el buscar se vuelve rutina ¨pensaba que tenía que ir un lugar más difícil para ponerme a prueba a mi mismo. Y me salió Indonesia, fui, logré jugar en el segundo club que probé; y después me salió una oportunidad en Bangladesh, más difícil que eso imposible. Me tuve que ir rápido, me fui sin averiguar nada del país, me llevo un argentino que dirigió la selección y nunca lo ví. Logré llegar a Bangladesh, me estaban esperando unos dirigentes y me llevaron a un hotel. Al tercer día, me di cuenta lo duro que era vivir ahí. Sinceramente sentía que iba a ser muy difícil poder aguantar, tenía 6 meses de contrato y lo empecé a sufrir desde que llegué. Me cambió la vida estar ahí. Mucha contaminación, pobreza y falta de educación. Es muy duro ver mujeres de más de 70 años trabajando por 1 dólar por día, sin lugar donde vivir, sin luz, ni agua, y solo por un plato de arroz. Los niños andan desnudos por la calle¨

El camino recorrido, como escuela de entrenador

¨Lo mio era entrenar, mucho y por demás. Era práctico para resolver, un toque o dos. Buscaba ser inteligente, y lo que no hacía con los pies, lo hacía hablando. Ya tenía pasión por ser entrenador desde temprano. Desde los 15, ya sabía que iba a jugar y ser entrenador. Fue mucho de creer también y no claudicar. Tuve muchos no, y algún sí. Pero esos no, nunca me hicieron pensar que no iba a jugar más. Mi frase es cada no, me pone más cerca de un si. Casi que estuvo marcada a fuego en su recorrido de futbolista.

Llegó el momento de pasar al otro lado de línea de cal, ¨a los 30 dejé, y empecé a dirigir. Mucho tiempo solo, encerrado en habitaciones, me gustaba planificar, preparar entrenamientos. Todo esto, lo podes hablar, pero no se entiende si no se vive¨

Hay mucho de lo empírico, como medio de aprendizaje, para después enseñar. Por eso, el jugador de fútbol que sigue como entrenador, ganó mucho en ese terreno, el tema es saber capitalizarlo, y tener la humildad de ir por las otras herramientas para manejar un grupo, para comunicarse y crecer. Y todo eso, en una época de vorágine veloz ¨Ahora como entrenador, veo que hay jugadores que no quieren probarse en un club. Y yo me recorrí el mundo por una oportunidad. Pero hay que entender que el mundo cambió. Nos ponemos locos, si el Internet nos demora 6 segundos. Queremos todo rápido y ya. Y a veces las cosas no son así¨, suelta el concepto.

Se hace camino al andar

¨Me encuentro en una etapa similar a cuando fui jugador, tendré que buscarme mi camino. La decisión de ir a un lugar está en uno; son desafíos ir a lugares donde la situación es muy compleja. Te pones a prueba en otro lugar. Me gustaría seguir en el fútbol Argentino, porque es lindo y competitivo, pero también sueño y deseo ir a otro lugar, para eso, ponerme a prueba en lo desconocido, creo que ahí está el crecimiento. En un contexto nuevo, al que no estas habituado, sumado a ganas, deseo de ir. Sigo sintiendo las mismas ganas de ir que cuando era jugador¨.

¨Me gusta el juego con variantes, muchos desmarques y ofensivo. Pero la clave es buscar las virtudes del jugador y potenciarlas. Más que la idea de uno. Las características del jugador muchas veces te marcan el estilo. En el fútbol la verdad no la tiene nadie, se ha ganado de todas las maneras posibles. No hay que adaptarse a una idea, esta bien los gustos, las convicciones. Llevar a todos a pensar de una manera donde lo mejor este al servicio del equipo, crear una cultura de espíritu, y eso hay que verlo en el día a día, es hábito, porque sino es imposible hacerlo en la competencia.  La realidad es clave. Esa experiencia esta ahí, no está en los libros, ni vídeos. El día a día te va dando el aprendizaje, y todo lo que va surgiendo te va cambiando. Hay que saber resolver como líder, y se aprende afrontándolos. Los libros te pueden decir como, pero no hay nada como aprender todos los días. Son muchas cosas para ser entrenador, es un proceso, hay que adquirir experiencia, tenes que tener pasión, te tiene que gustar mucho. Hay muchos factores en el fútbol profesional, y no todo es color de rosas¨.

Y de eso sabe, recorrió caminos que lo alejaron de la zona de confort. Ver misiles de cerca en el Líbano, no tener lugar donde moverse en Maldivas, sobrevivir en el caos de Indonesia, convivir con la pobreza extrema y la contaminación en Bangladesh, subir 4000 metros de altura en Bolivia y rendir. Aceptar el no, usarlo de combustible, seguir andando. Hay mucho vivido ir detrás de jugar al fútbol, sin las luminarias de crack que muestra la industria del fútbol. Pero con la riqueza de lo aprendido.